El lago de Banyoles
El lago de Banyoles tiene un carácter singular dentro de la geografía catalana por ser a la vez tectónico y cárstico –alimentado por manantiales subterráneos– y presidir una amplia llanura, continuación de la de L’Empordà, de paisaje suave, intensamente humanizado, flanqueada a poniente por la sierra de Rocacorba y sus estribaciones.
Tiene forma de ocho, con 2.080 m de largo y una anchura máxima de 235 m; desagua en el río Terri por cinco emisarios que atraviesan, canalizados, la ciudad de Banyoles, que le da el nombre.
El sistema lacustre del lago se completa con una serie de pequeños lagos que lo rodean, algunos de carácter intermitente, como el Clot d’Espolla.
El principal atractivo turístico del sector es, sin duda, este lago, bella superficie tranquila en la que se refleja la característica vegetación de carrizales, juncales y árboles de ribera, visitada por aves acuáticas, y donde se pueden practicar una serie de deportes, especialmente el remo, la natación, el piragüismo, la pesca deportiva (hay normativa protectora) y el triatlón.
Pero todo el llano y los valles más recónditos del sector montañoso ofrecen lugares dignos de ser visitados: pequeños núcleos rurales con bellas muestras arquitectónicas del pasado, masías y casas señoriales, y yacimientos prehistóricos.
Banyoles es la capital de la comarca de El Pla de l’Estany.
Situada en la orilla oriental del lago, tiene su origen en el antiguo monasterio benedictino de Sant Esteve –edificio gótico y neoclásico con interesantes muestras de arte en su interior– y le da prosperidad el mercado, documentado ya en 1086, que se mantiene con vitalidad.
Otros edificios de interés son la iglesia de Santa Maria de Turers, la Lonja del Tinte, la Pia Almoina y la plaza porticada, mayormente de época gótica.
Museu Darder d’História Natural y Museu Arqueològic Comarcal: tiene especial interés la mandíbula de Banyoles hallada en Banyoles.
Porqueres, municipio de población diseminada en pequeños núcleos, tiene su iglesia de Santa Maria en la orilla de poniente del lago, excepcional muestra de arte románico con decoración escultórica en la puerta y en el interior.
Entre las poblaciones vecinas citamos Pujarnol, con el antiguo castillo y un bello dolmen, y Usall, con su iglesia románica.
Santuario de Sant Patllari, con una bella panorámica, y el lugar de Les Estunes, de peculiar constitución geológica.
Serinyà, en el sector norte, también tiene una bella iglesia románica y diversas masías de interés, pero debe su fama a los yacimientos arqueológicos del Reclau (Reclau Viver, L’Arbreda y Mollet) y de la Bora Gran d’En Carreres, con importantes materiales magdalenienses.
Además destacamos Esponellà, con iglesia románico-gótica y gran puente de origen medieval, Palol de Revardit, con restos del castillo y recinto fortificado, y Crespià, conocido por su iglesia románica y la producción de miel.