Orígenes, beneficios y auge de la escalada como práctica deportiva
El deporte siempre ha sido una práctica que aporta múltiples beneficios tanto a nivel físico como psíquico o espiritual. Es más, para muchos incluso es considerada una herramienta con la que establecer unos hábitos que, al final, repercuten positivamente en otros muchos aspectos de nuestras vidas. Y nos vais a permitir que pasemos de largo frente a los mal llamados «deportes de masas» para centrarnos en una disciplina cada vez más recurrente entre los amantes de los desafíos: la escalada. Una práctica sobre la que incluso las más importantes casas de apuestas en Paraguay están poniendo el ojo… y la apuesta. Por todo ello, os contamos los entresijos de dicha modalidad deportiva junto a las claves de su éxito.
Un concepto rompedor
Podemos definir la escalada como una actividad deportiva en la que el objetivo no es otro que subir relieves naturales que destacan por su verticalidad. Ya se trate de laderas o paredes de piedra, la ascensión se caracteriza por la posibilidad de contar con medios materiales con los que facilitar dicho proceso. Permitiéndose incluso habilitar las paredes a escalar con puntos fijos de apoyo y sujeción (rot ponkt). Se trata de una práctica realmente exigente, por lo que los escaladores suelen contar con una gran preparación tanto física como mental.
Origen de la escalada
Hablar de escalada es hacerlo de una práctica que evolucionó, durante el siglo XIX, a partir del montañismo. Eso sí, inicialmente se veía más como un entrenamiento con el que prepararse para los recorridos más complicados de alta montaña. Algo que hace complicado fechar con exactitud su origen más allá de señalar un par de puntos de inflexión. En primer lugar, 1492 es considerado por casi todos los historiadores como el primer antecedente de escalada. No obstante, la ascensión de Antoine de Ville no puede ser considerada como tal al servirse de un andamio como punto de apoyo con el que abordar los 300 metros de recorrido de Mont Aiguille. Es por ello que la primera escalada, reconocida oficialmente, nos sitúa en el Mont Blanc con el escalador Paccard como protagonista a finales de 1700.
Popularización y auge
Lo que está claro es que los hitos anteriormente comentados sirvieron para popularizar la escalada hasta límites nunca antes vistos. Y es que no podemos olvidar que hasta dicha fecha las montañas eran vistas como elementos de la naturaleza realmente inexpugnables. Actualmente se trata de una actividad cada vez más demandada en los centros deportivos especializados. No en vano, durante los últimos años hemos vivido una verdadera explosión que ha logrado popularizarla gracias a la proliferación de su práctica en los rocódromos. Acercándose, con ello, al gran público.
Beneficios en ascenso
La escalada es una disciplina deportiva con múltiples beneficios. El primero es más que evidente. El físico. No en vano, requiere un buen estado de forma que, al final, conlleva una mejora de nuestro tono muscular y un considerable descenso, nunca mejor dicho, de peso. Por otro lado, se trata de un deporte eminentemente social. Fomenta la relación con los demás, fortalece nuestra mente y, en definitiva, nos motiva. Teniendo como epicentro de todo ello los propios centros de escalada anteriormente mencionados (rocódromos). A modo de conclusión, la escalada comienza a desprenderse del estereotipo de deporte extremo, peligroso y de riesgo para presentarnos una propuesta deportiva desafiante, pero totalmente segura. Es hora de ascender a lo más alto. ¿Nos acompañas?