Desde Chamonix tomamos el teleférico para subir a la Aiguille du Midi donde podremos recrearnos algún tiempo con las maravillosas vistas que nos ofrece esta grandiosa atalaya. Antes de comenzar a andar debemos ponernos nuestros arneses y crampones y encordarnos para iniciar el descenso hacia La Vallée Blanche, que tenemos que realizar por la afilada arista oriental, bastante impresionante y algo expuesta, por lo que no recomendamos que se descienda sin contar con una buena experiencia en la técnica del cramponaje y lo de caminar encordados.

Pasado los primeros metros afilados llegamos a un rellano y después, ya por una franca ladera, decendemos hasta situarnos justo debajo de la vertical cara Sur de La Aiguille du Midi, en el amplio Plateau du Col dunMidi (1,2km, 3535m). Todo esta zona está muy frecuentada y estará llena de huellas de los montañeros que se dirige hacia el refugio de Cosmiques.

Atravesamos el largo plató bordeando la cara norte del Mont Blanc y el espolón rocoso más oriental que lleva el nombre de Punta Lachenal (3613m)' en honor del gran escalador francés, para descender al Col de Gros Rognom(3,2km, 3414m).

Desde aquí, se pueden distinguir el itinerario que debemos seguir para acceder a la Pointe Helbronner. Continuamos el descenso hacia el sur y a nuestra derecha distinguimos uno de los más famosos corredores alpinos, el Couloir Gervasutti, hasta llegar a la altura de la pirámide de Tacul (5,3km, 3.163m).

Seguidamente pasaremos el lado de la Pointe Adolphe Rey, donde comenzaremos a ascender por la zona muy tortuosa en la que proliferan las grietas. En principio nuestra dirección va hacia el Col Oriental de Toule, al oeste del Grand Flambeau y de la Pointe Helbronner, pero antes de llegar a él debemos girar a la izquierda para alcanzar el Col de Flambeaux (8,7km, 3.407m).

Ahora prácticamente por un terreno plano llegamos a la Pointe Helbronner, que es la estación que italiana del teleférico que cruza La Vallée Blanche.

Para regresar a La Aiguille du Midi podemos tomar el Telecabina Panorámico del Mont Blanc, que atraviesa integramente La Vallée Blanche y que nos ofrece estupendas vistas sobre la zona.