Turismo de Montaña
Más de 50 millones de personas visitan las montañas anualmente, atraídos por la belleza natural del ambiente alpino, la gran diversidad de actividades de esparcimiento que brinda el territorio montañoso y las oportunidades de entrar en contacto con las culturas locales. El panorama límpido, refrescante y maravilloso de las montañas, en combinación con las tradiciones, artes y artesanías, además de la riqueza culinaria local de las comunidades de las montañas, hacen de estas zonas, interesantes destinos turísticos.
El turismo deportivo ha florecido particularmente en las zonas montañosas en los últimos 30 años. Ha desbordado las tradicionales zonas de América del Norte y los Alpes europeos a zonas muy poco explotadas anteriormente, como algunas partes del Asia Central, los Himalaya, el Karakorum, el Cáucaso, los Andes e incluso la Antártida. El alpinismo ofrece diversas actividades, que son las más comúnmente practicadas en las montañas: caminatas, esquí, tabla, ascenso y observación de aves.
Con todo, están adquiriendo más demanda algunos deportes extremos, como el “bungee jumping“, “hydrospeeding“, “rafting“, “parapente“ y barranquismo, sobre todo entre turistas urbanos en busca de aventura. Otro sector de desarrollo del turismo alpino aprovecha las montañas como fuente de bienestar y salud. Cada vez más recorridos por
las montañas ofrecen oportunidades de contemplación y meditación.
El auge turístico sin duda ha beneficiado a muchas regiones montañosas de distintas partes del mundo. Gracias a los ingresos que deja el turismo, los pobladores de las montañas, muchos de ellos desfavorecidos económicamente, pueden aspirar a mejorar su nivel de vida. El turismo de montaña ha dado a jóvenes de ambos sexos la oportunidad de labrarse un futuro en sus comunidades, en vez de unirse al éxodo rural a las ciudades. El aflujo de visitantes también ha creado un mercado para los productos de los artesanos y de los productos locales.
Si bien el turismo, y en particular el alpino, es uno de los sectores que está creciendo económicamente a mayor velocidad en el mundo, también es uno de los menos sujetos a reglamentación. Las ganancias a corto plazo han de equilibrarse con las pérdidas a largo plazo para que esta industria se convierta en fuente duradera de beneficio para las comunidades de las montañas.
Yo que soy un apasionado de las rutas en bicicleta, reconozco que me gusta mucho más realizarlas por la montaña. Además en España contamos con mucho turismo de interior y con paisajes realmente espectaculares que tenemos que apreciar y no sólo fijarnos en las playas y el turismo costero.
50 millones de personas. Se dice pronto! Yo prefiero montaña y tranquilidad a las abarrotadas playas… es una elección personal eso si.