En parapente por el valle de Àger
La semana pasada tuvimos la oportunidad de disfrutar de un vuelo en parapente en el Valle de Àger en la provincia de Lleida, concretamente en la Sierra de Montsec, con la empresa Entre Núvols
Es difícil describir la sensación de saltar desde la vertiente de una montaña. Nos aseguran que no pasará nada, que el parapente nos levantará y nos sostendrá. Empezamos a correr, el parapente se hincha y el suelo se aleja. A nuestros pies se abre el valle de Àger, una amplia depresión flanqueada por imponentes relieves montañosos, en la comarca prepirenaica de la Noguera. El corazón comienza a latir con fuerza, pero pronto la paz del entorno nos serena mientras planeamos sobre el valle.
Se dice del parapente que es el aparato que ofrece el desplazamiento más similar al vuelo de un pájaro. Sin carriles ni vías marcadas, sin motores, sin coraza que nos separe del sol y del viento, sobrevolamos el valle como las águilas y los buitres que extienden las alas en estos parajes serenos de la sierra del Montsec.
Podríamos decir que Àger es la capital catalana del parapente. Cada día hay nuevos aventureros que llegan hasta aquí con la ilusión de hacer un vuelo en parapente o con paramotor por estos paisajes que combinan acantilados y pendientes elevadas con llanuras de gran belleza.
Gracias a la oferta de vuelos biplaza que ofrecen compañías como Entre Núvols, sobrevolar el valle de Àger es una actividad al alcance de todos. El piloto se sienta detrás, el pasajero delante para disfrutar mejor del paisaje, ambos bien ligados al parapente.
El instructor es quien guía y controla el aparato, con los conocimientos y la práctica imprescindibles para resolver cualquier incidencia que se pueda presentar durante el vuelo. El cliente sólo debe proponerse disfrutar de la experiencia.
Por cierto, en mi caso agradecer a Oriol, mi “porteador”, por hacerme disfrutar del entorno, por su simpatía y atención en todo momento. Gracias Oriol por la experiencia vivida!
Hay varios puntos en la sierra del Montsec desde donde lanzarse, pero el Coll d’Ares es el más frecuentado. Desde aquí subimos, bien abrigados porque con la velocidad y la altura aumenta la sensación de frío, y logramos sin dificultades los mil metros de desnivel.
Uno de los parajes más bellos que podemos sobrevolar es el estrecho de Montrebei, un gran desfiladero de siete kilómetros de largo y unos quinientos metros de profundidad abierto por el río Noguera Ribagorzana en las duras rocas calizas de la sierra del Montsec.
Una vez bajes del parapente, te recomendamos hacer una ruta a pie por el Congost de Mont-Rebei que recorre el desfiladero, admirar las aguas que corren al fondo del acantilado y observar con admiración los buitres y otras aves que anidan en los repliegues de las paredes verticales. Una ruta muy recomendable para completar una jornada llena de emociones intensas.