Costa Brava
Costa Brava es la denominación que recibe el sector litoral más septentrional de Cataluña, desde la frontera estatal francoespañola hasta la desembocadura del río Tordera, es decir desde la población de Portbou a la de Blanes.
Corresponde a la fachada marítima del Empordà y de la Selva, y en el interior tiene un punto de referencia importante en la ciudad de Girona. Se trata de una costa extremadamente articulada, de relieve accidentado, a causa de una serie de sistemas montañosos que caen abruptamente sobre el mar formando acantilados rocosos que le dan un aspecto adusto y salvaje –de ahí su nombre–, con calas y playas escondidas entre los salientes, donde los pinos llegan hasta la misma orilla. Sin embargo, hay algunos sectores –como el golfo de Roses o los arenales de Pals– con extensas playas de arena que rompen la unidad y confieren variedad al paisaje.
La suavidad del clima, la transparencia de las aguas, la luminosidad del cielo despejado por la tramontana y el encanto de las poblaciones marineras, que tradicionalmente habían vivido de la pesca, la navegación de cabotaje y de altura, y también de la explotación del coral, atrajeron visitantes desde fines del siglo XIX y pronto se impuso el nombre de Costa Brava, ideado por el periodista Ferran Agulló.
Escritores, músicos, artistas del país y extranjeros han admirado la Costa Brava y la han dado a conocer al mundo. Citamos sólo algunos nombres: Picasso, Salvador Dalí, que convirtió Cadaqués en centro artístico internacional; Marc Chagall, que en los años treinta del siglo pasado estuvo largas temporadas en Tossa, o el escritor catalán Josep Pla, en quien ha tenido un cronista de excepción.