Camino de Santiago Primitivo: El origen de la peregrinación
El Camino Primitivo ha servido de vínculo milenario entre dos enclaves fundamentales de las rutas jacobeas: Santiago de Compostela y Oviedo. Ambas emparentadas por un rey medieval que hoy continúa siendo una enseña cultural clave y visible en tributos monumentales situados en zonas como la Catedral de Oviedo o el casco histórico de Santiago. Hablamos de Alfonso II El Casto, el primer peregrino que a inicios del siglo IX atravesó por primera vez la ruta entre su corte y el punto en el que en teoría habían sido hallados los restos del Apóstol Santiago.
A lo largo de su reinado, Galicia, León y Asturias estuvieron bajo su dominio tras obtener el éxito en diferentes afrentas contra los musulmanes en la zona septentrional de la península. No obstante, más allá de sus conquistas, también se adentró en los anales de la historia por ser el precursor de las peregrinaciones hacia Santiago de Compostela. Entonces, se llevaban a cabo atravesando el área occidental de Asturias. Junto a su corte, abrieron literalmente lo que hoy conocemos como el Camino Primitivo a Santiago con un objetivo sacramental: Encontrarse con los restos del Apóstol Santiago. Desde entonces, la travesía se mantiene intacta y acumula las huellas de un pasado remoto en el que millones de cristianos procedentes de todo el continente posaron sus pies.
Hablamos, pues, del camino jacobeo original, un itinerario de la realeza que, paradójicamente, un siglo más tarde quedaría ensombrecido como una alternativa de fondo cediendo el protagonismo a lo que hoy conocemos como el Camino Francés. El trayecto que se extiende de este a oeste y que enlaza Santiago con Roncesvalles. Fue entonces cuando éste fue ganando mayor popularidad y se fue posicionando como una fórmula más cómoda para los peregrinos.
De hecho, fue adoptada como la ruta oficial para uso comercial de todo el continente a lo largo de la Edad Media.
En la actualidad, con una distancia histórica de más de doce siglos, el Camino Primitivo continúa constituyendo una travesía excepcional para todos aquellos viajeros que deseen eludir los inconvenientes que se derivan de las alternativas más masificadas. También para aquellos que desean hacer de su peregrinación una experiencia más inmersiva a través de las etapas del Camino de Santiago Primitivo y vinculada con la naturaleza y los orígenes de la tradición.
El Primitivo nace en Oviedo y conduce al caminante por uno de los rincones menos transitados de Asturias, el corazón occidental, donde convergen sus concejos antes de adentrarse en Lugo mediante el Alto do Acevo, situado a una altura sobre el nivel del mar de más de un kilómetro. Tal y como lo hizo el popular monarca hace más de un milenio, los peregrinos pondrán un pie en Lugo para adentrarse en Melide, el enclave en donde se fusionan el Camino Francés y el Primitivo antes de alcanzar Santiago de Compostela.
Sus implicaciones culturales e históricas han hecho que El Camino Primitivo reciba la atribución de autenticidad, además de la alternativa que pone al alcance del caminante un marco paisajístico excepcional y uno de los más bellos entre las rutas que se extienden por la península, en parte, porque gran parte de su extensión está exenta de asfaltos. No obstante, dichas asociaciones no le han otorgado demasiada popularidad si lo comparamos con su antagónico, el que se mantiene invicto como la alternativa más transitada, el Camino Francés. En realidad, esto le proporciona interesantes ventajas, siendo la más evidente, la ausencia de aglomeraciones y la configuración de un ambiente bastante más intimista.
Por otro lado, también plantea ciertas exigencias, pues se trata de una de las travesías más exigentes desde el punto de vista físico. Muchas de sus fases son especialmente difíciles de recorrer en los períodos más fríos en los que se intensifican las precipitaciones.
Aún así, su popularidad se ha visto incrementada significativamente durante los últimos años. Por ejemplo, a lo largo de la última década su afluencia se ha multiplicado por cuatro, de acuerdo con el estudio “Os impactos socioeconómicos do Camiño Primitivo en Asturias: percepcións dos residentes”, elaborado por Jesús Rivas y Marta Magadán, docentes de la Universidad internacional de la Rioja. A lo largo de su informe se especifica que el volumen de peregrinaciones en el trayecto de los concejos cuenta aún con ciertas limitaciones que podrían paliarse a través de “una buena gestión y promoción del Camino Primitivo podría, en un futuro, revertir la situación de saldo vegetativo negativo a través de nuevas oportunidades de emprendimiento y trabajo directa o indirectamente vinculadas a la ruta jacobea”.
Tomando como referencia información recopilada por la Oficina de Acogida del Peregrino de Santiago de Compostela, el estudio revela un considerable crecimiento que se ha ido acentuando de forma gradual durante la última década. La búsqueda de experiencias más intensas o la necesidad de conectar con los orígenes del Camino constituyen algunos de los factores por los que cada vez más peregrinos ven en Primitivo una oportunidad única para alcanzar la Compostela.