La excursión inicia en el fuente dels Abeuredors, donde encontramos un cartel del inicio de la ruta. Es el momento de dejar los coches i refrescarse.

Desde la fuente parece que sale un camino en dirección hacia arriba, este no es. Unos 200 m. al lado izquierda de la fuente esta el indicador y la pista que sale con dirección a nuestro objetivo.

Toda la ruta esta muy bien señalizada con indicadores de Turismo de Catalunya. La primera parte del recorrido es la más plana, y transcurre por un camino ancho lleno de bosques de castañeros.

Al primer kilómetro de nuestro paseo vemos el turro situado a nuestra izquierda, y coronado por una gran cruz de les Guilleries.

A partir del segundo kilómetro el camino empieza a ser más pendiente. El camino transcurre entre bosques, lo cual hace que no podamos divisar el paisaje, pero de repente se abre hacia el espacio, y la vista y la altura nos hace sentir como pájaros. A partir de aquí abandonaremos el camino ancho, y encontraremos un pequeño sendero, desvió, a mano izquierda, indicado con un cartel, que sube decidido por la montaña.

A partir de aquí el desnivel es importante, pero el sendero transcurre en sombra, primero atravesando un espeso alzinar y después atravesando un bosques de hayas.

Finalmente, después de zigzaguear el pico llegamos a la cima, donde la vista que se abre a nuestros pies es impresionante: primero una inmensa masa forestal de las Guillerias, delante Sant Hilari y detrás los imponentes picos emblemáticos del Montseny: Las Agudes y el Matagalls. Al norte los despeñaderos de Collsacabra y detrás los Pirineos.

A finales del siglo X, arriba en el pico había el castillo de Solterra y tres siglos mas tarde la ermita de San Miquel. Hoy apenas quedan vestigios, pero han dado al pico el nombre oficial.

Para volver hay que hacer el mismo camino.