Dejamos los coches en el Parking del Cremallera de Queralbs, y contratamos una empresa particular, para hacer la pista de Queralbs a Fontalba, de unos 45 minutos, 10 km, y 800 m. de desnivel positivo, que todo hay que decirlo, esta en muy buen estado para el acceso en vehiculos, aunque tiene mucha piedra, sobre todo al principio, y hay algún que otro socavón. Este transporte lo hicimos con la empresa Tornasol Aventura, SL, de Ripoll, que fueron muy amables y profesionales, tanto en la gestión como en el transporte.

Así, la primera parte de la travesía, la hicimos todos, de Fontalba a Nuria, partimos de  2.096 m. de altura.
La distancia a recorrer es de unos 4,5 km., que se hace en poco más de dos horas, con un desnivel acumulado de 400m., aunque entre el punto de salida y el de llegada la diferencia real  de 130 m. en bajada.

La salida desde el Collado de Fontalba esta clara, un camino a la izquierda y el otro a la derecha. El de la izquierda es la vía de subida al Puigmal, por la Cumbre de la Dou. El de la derecha es el que nos llevará hasta Nuria. Una vez cruzado el prado, en poco rato pasamos dos torrentes que recogen las aguas del Puigmal, hasta llegar al Torrente de Fontalba, que por cierto los estaban helados.

El camino cambia de dirección, entrando en un bosque de pino rojo y negro, que con una ligera subida llega a una carena bajo el Roc del Hito, encontrándonos prácticamente en la mitad de la excursión, con los restos de una antigua construcción. La vista desde este punto sobre las Gorges de Núria y las Rocas de Totlomón, impresiona, porque quedan muy abajo, teniendo en frente nuestro, pero en la lejanía, el albergue del Pic de l’Àliga, que esconde detrás el Valle de Nuria, y a la derecha el Pic del Torreneules y los torrentes que alimentan el Freser.

A partir de aquí, el camino va subiendo y bajando de forma moderada, pasando por una pequeño canchal, hasta encontrar el Torrente de Gombrén, desde dónde tenemos una buena vista, en la orilla contraria del valle, del Torrente de Fontnegra, que separa el Pic de l’Àliga y el Torreneules. En este punto subimos ligeramente para llegar a un collado, que ya ofrece una amplia panorámica aérea del Valle de Nuria, y dónde empieza la bajada más decidida de la ruta, entrando primero a un bosque que nos lleva a un cruce de caminos, dónde dejamos a mano derecha el G.R. 11, que baja a Queralbs por el Camino Viejo. Siguiendo las señales blancas y rojas entramos definitivamente al Valle de Nuria, por la orilla izquierda del lago, pasando por la ermita de San Gil.

En el punto donde encontramos la indicación del Camino Viejo, es donde retomaremos la travesía para bajar hasta Queralbs, de unas 3 horas de duración, sobre 8 km. y 750m. de desnivel negativo.

Salimos de la Creu de Riba, dejamos  atrás el estanque y el santuario. El camino baja suave, por la izquierda del río,  la ruta es bastante  pedregosa, e incluso a tramos está empedrada.

El camino va resiguiendo la montaña, y cada vez se hace más aéreo y si miramos al fondo podemos ver las gorgues del río Nuria.

De bajada, en primer lugar impresiona la Cola de Caballo, que podemos ver desde la balma de Sant Pere,  i el Salto del Sastre, con la cascada del torrente de Fontalba, enfrente de nosotros, con inmensas paredes de piedra, que caen en picado. El paisaje es agreste y  predominan las formas rocosas, ásperas y verticales

Antes de llegar al puente del Cremal, el sendero baja de forma decidida describiendo unos zigzags imponentes, enfrente nuestro tenemos la vía del cremallera.

Cuando pasamos el puente cambiamos de lado hacia la derecha.

Seguimos bajando, ahora ya decididamente, hasta que por cuestión de obras del cremallera, la bajada se convierte en subida, por unas escaleras artificiales, preparadas para salvar las obras.  Las escaleras son matadoras, i vuelta a bajar por un camino un poquito más aéreo y con unas vistas impresionantes.

La travesía  finaliza a la entrada, en un camino empedrado, del pueblo de Queralbs, con las señales del  sendero GR11 que nos han acompañado,  siguiendo  el antiguo camino  de los  peregrinos o camino viejo, que antes de la construcción del cremallera, inaugurado en el año 1931, era la vía de acceso al santuario de Nuria.