Hace unas semanas estuvimos en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Las excursiones que se pueden hacer dentro del parque son innumerables y la mayoría son de dificultad media, sin ningún tipo de complicación técnica. La mayoría de excursiones salen desde La Pradera, donde se encuentran un bar, servicios y la oficina de información del parque. También es la zona más concurrida, pero por suerte la mayoría de gente se limita a seguir el cauce del río hasta la Cola de caballo, una bonita caída de agua justo en el Circo de Soaso. De hecho esta excursión se conoce como la autopista de Ordesa, y si habéis estado una Semana Santa en el parque sabréis que este nombre no es una exageración.
Nosotros optamos por hacer la Ruta de los Cazadores, un bonito camino a media altura entre la Pradera y el Circo de Soaso por la ladera sur y al día siguiente la Faja de Racún, el mismo recorrido que la anterior pero esta vez por la ladera norte.
Ambas excusiones, son estupendas y permiten hacerte una idea del ecosistema del parque, alejándote del bullicio de La Pradera y alrededores.
Antes de ir al parque habíamos oído mucho hablar de las famosas clavijas del parque, que son unos pasos aéreos creados en la montaña mediante clavijas de metal insertadas en la roca a modo de escalones. Así que no nos pudimos contener la curiosidad y desde la Faja de Racún nos acercamos a las Clavijas de Cotatuero.
Sólo os diré que intentamos pasarlas, y que yo no fui capaz de superar la primera clavija. Una vez superada la chimenea y ya suspendido en la primera de las clavijas, tras mirar debajo de mis pies y ver una caída libre de unos 100 metros, decidí que no valía la pena y me di media vuelta.
La verdad, es que luego vimos gente pasarlas con mayor o menor dificultad, pero sinceramente creo que es una locura pasarlas sin unos arneses para asegurarse y minimizar el riesgo de caída.
Así, que tenemos escusa para volver al Parque de Ordesa: haremos las clavijas de Cotatuero pero esta vez llevaremos arneses para evitar riesgos inútiles.