Montseny: Naturaleza a un paso de Barcelona

Huir del mundanal ruido a tan sólo un paso de la ruidosa y estresnante Barcelona. Esto es lo que brinda el Montseny, un parque natural, reserva de la biosfera, en el que se podemos encontrar todo un mosaico de paisajes mediterráneos y alpinos. Cumbres, valles frondosos, torrentes de ríos acaudalados y panorámicas de infarto al mar y las montañas. Y todo a sólo media hora de Barcelona.

Cincuenta kilómetros separan el centro de Barcelona de este auténtico pulmón de más de 30.000 hectáreas, emplazado entre las comarcas de Osona y Vallés Oriental.

En él se encuentra el macizo más alto de la cordillera prelitoral catalana, con cimas como Les Agudes o el Matagalls y la que se erige como el techo del lugar: el mítico Turó de L’Home, con sus 1.706 metros de altura.

Flora y fauna

El Montseny es una explosión de naturaleza con una diversidad paisajística sin igual. Desde los bosques de encinas, alcornoques y pinos de las partes bajas, hasta las masas de hayas y abetos que dominan las montañas (a partir de los mil metros), alternándose con matorrales y prados.

También es un santuario de fauna salvaje con 270 especies de vertebrados, entre los que destacan jabalíes, zorros, jinetas, petirrojos, camachuelos, lagartos verdes, víboras… y la única especie endémica de Cataluña: el tritón del Montseny, un anfibio de aspecto extraterrestre descubierto en el año 2005, que se encuentra en peligro de extinción.

Rutas

Al Montseny se viene a caminar, a empaparse de aire puro y desconectar así del frenético ritmo de vida. Para ello hay unos treinta itinerarios señalizados que son una delicia para los senderistas, aunque también la bicicleta es una opción estupenda puesto que la mayoría de los caminos son asequibles a las dos ruedas.

También está la posibilidad de recorrer estos paisajes a lomos de un caballo, para lo que existe una potente industria hípica, en la que se ofrecen clases y rutas para duchos e inexpertos. Los menos aventureros que no teman: el coche también está permitido, con la ventaja añadida de que existe una docena de aparcamientos repartidos por el terreno.

El Turó de L’Home: Subir a pie o en coche

He aquí la cuestión que siempre asalta, dado que tenemos las dos opciones disponibles. Nosotros aconsecajamos, como no, subir a pie. No sólo se trata de un ascenso apto para todo el mundo sino que, además, el reto acabará con una gran recompensa.

Las vistas, desde allá arriba, no tienen desperdicio. Si el día sale claro, hasta se puede distinguir el perfil de la Costa Brava y las moles nevadas del Pirineo.Además, por el camino hacia la cima se atraviesa el mirador de la Plana Amagada, desde donde la foto es captar la enormidad del pico proyectando su sombra sobre la vegetación.

Si no quieres subir al Turó de L’Home pueden optar por otros senderos mas sencillos. Rutas más o menos fáciles, de las que te puedes informar en la oficina de turismo del parque, Mosqueroles, o en el Centro de Interpretación de Can Casades. En ambas se puede pedir todo tipo de información.