La adaptación de las aves de Chernóbil
Hay lugares como Chernóbil que despiertan nuestra curiosidad y espíritu aventurero en algunas ocasiones, pero lo cierto es que no está demasiado bien la cosa para precisamente pasar unos días allí. No obstante, hay animales que tienen una capacidad de adaptación sorprendente como es el caso de las aves de Chernóbil, las cuales han demostrado que incluso el mayor desastre nuclear de la historia de la humanidad no es rival para ellas.
El estudio del CSIC en España
Gracias a un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España se ha demostrado que las aves que habitan la zona de Chernóbil están consiguiendo adaptarse de forma que consiguen exponerse a la radiación incluso durante plazos largos sin verse afectadas.
Esto es mucho más curioso de lo que parece, ya que hasta el momento no sabíamos que existiese ningún tipo de animal salvaje que pudiese adaptarse a este tipo de radiación, y gracias a ello se ha podido llegar a la conclusión de que son las aves que producen una mayor cantidad de feomelanina a través de sus plumas las que mayores problemas presentan a la hora de exponerse a la radiación. Este último dato ha sido obtenido de una publicación de la revista Functional Ecology, la cual pertenece a la Sociedad Ecológica Británica.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo español realizó un análisis de 152 aves pertenecientes a 16 especies que se encontraban localizadas en ocho puntos concretos que incluyen zonas interiores de Chernóbil y otros de sus alrededores.
Se procedió a medir los niveles de estrés oxidativo, glutatión y los daños producidos en el ADN a través de las muestras de sangre obtenidas. También se procedió a analizarlos niveles de pigmentos de melanina localizados en las plumas de dichas aves.
No olvidemos que las aves que contienen una mayor cantidad de pigmentos han demostrado ser menos resistentes a la radiación, mientras que el glutatión, un antioxidante que procede de aminoácidos, lo que hace es ayudar en la protección de las células, por lo que facilita la exposición a la radiación.
Otros datos de interés
Gracias a todas estas pruebas se pudo observar que el glutatión aumentaba en el caso de aquellas aves que estaban expuestas a una mayor radiación, mientras que a la vez se producía una disminución de los daños producidos en el ADN así como un menor estrés oxidativos.
Las aves que producían una mayor cantidad de feomelanina se encontraban más débiles físicamente además de que se podía comprobar un aumento del estrés oxidativo, un mayor daño en su ADN e incluso unos niveles de glutatión más bajos.
Sin duda alguna se trata de un estudio muy curioso que además nos puede ayudar a dar un paso adelante y analizar la mejor forma de poder protegernos y proteger el medio que nos rodea frente a este tipo de situaciones de radiación, aunque desde aquí seguimos manteniendo la esperanza de que nunca más vivamos un desastre nuclear como el de Chernóbil.